La nueva sede del Instituto Nacional de Vitivinicultura, a cargo del arquitecto Jorge Pérez Huelmo, se inaugura en estos días. El edificio principal, destinado a oficinas, laboratorio y salas de directorio será muy amplio y versátil.
En el edificio anexo funcionarán los depósitos de muestras, el estacionamiento y una barbacoa con bodega experimental.
El proyecto de la sede propia es un viejo anhelo de la institución desde su creación en 1987. Consta de un edifico principal en dos plantas de 1.600 metros cuadrados y uno anexo de 840 metros cuadrados, que pretende convertirse en lugar de encuentro para todos protagonistas del sector vitivinícola uruguayo.
La sede contará con oficinas administrativas y técnicas, laboratorios, servicios complementarios y un área anexa destinada a depósito y cochera de vehículos propios. En el área exterior se dispondrá de un acceso controlado desde la vía pública, áreas de circulación y maniobra vehicular, así como previsión de estacionamientos de vehículos externos.