Gurisa, el restaurante icónico de José Ignacio abre su tercer año con la cocina de fuego de Lucas Bustos y el impulso creativo de su reciente desembarco en Madrid, que hoy inspira y transforma su propuesta en Uruguay.Tras un primer año centrado en el lanzamiento del concepto y un segundo marcado por su expansión y consagración, en esta temporad el restaurante abraza una narrativa nueva: el puente entre Uruguay y Europa, impulsado por la reciente apertura de Gurisa Madrid.

Esta evolución se refleja en un verano que no solo profundiza su identidad, sino que la expande. A la propuesta de cocina de autor del chef Lucas Bustos se suma este año la llegada de su equipo español, con fuerte foco en la cocina de arroces, que viajará desde Madrid para realizar un intercambio gastronómico. Un diálogo transatlántico que nutre, desafía y reinterpreta el alma de Gurisa.

Gurisa,que abre únicamente ocho semanas al año (del 20  de diciembre al 20 de febrero), vuelve con mejoras en su espacio, reafirmando su compromiso con la sostenibilidad y los productos de cercanía. Ubicado en una casa de una sola planta diseñada por el arquitecto Andrés Villalba e intervenida por Patricia Torres, creadora del estudio de diseño Santas Negras, el restaurante combina madera, piedra y vegetación en un entorno de estética selvática que invita a la calma.

El proyecto está liderado por Lucas Bustos y Agustina Vela, jefa de sala, quienes comparten una visión clara: una cocina donde cada detalle importa, pero donde jamás se pierde la espontaneidad.

A su lado continúa Gurí, el bar vecino con coctelería de autor y propuestas que combinan clásicos y reinterpretaciones modernas, este año con capacidad para recibir hasta 300 personas. Una antesala vibrante para quienes buscan vivir la experiencia completa.

Para Bustos, oriundo de Mendoza, esta tercera temporada es un capítulo de síntesis y expansión:

“En Mendoza aprendí a respetar el terruño y a mirar el producto con atención y orgullo. Uruguay me enseñó a simplificar, a encontrar belleza en lo rústico y esencial. Y Madrid, que es intensidad y diversidad, me desafía a integrar lo aprendido y adaptarlo a un entorno vibrante. El hilo conductor es el fuego: un elemento de cocina y de encuentro, y una forma de hospitalidad que siempre prioriza lo humano.”

En La Juanita, este diálogo se expresa en platos que honran el producto local y profundizan la técnica del fuego. Entre los destacados de esta temporada se encuentran la picaña negra en cocción de seis horas, el pejerrey de la laguna al hierro con emulsión de hierbas alimonadas, la brótola al horno de leña con oliva, menta, perejil, almendras y tomates de verano, y el ossobuco de cordero, preparaciones que sintetizan la identidad de Gurisa: cálida, potente, esencial y profundamente estacional.